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Autopromoción, ¿cómo hacerlo?, por Ben Schneider

15 de septiembre del 2021 | 00:00

Para saber vendernos en una empresa, requerimos mucho tacto y eficiencia. Un error al hacerlo puede provocar el efecto contrario al que uno quiere.

La empleabilidad requiere que un profesional se vea como un proveedor de servicios para la empresa donde trabaja. Para ello, fuera de cultivar sus competencias, es necesario mostrarlas. La clave es hacerlo generando empatía tanto a nivel de jefes como de colegas.

Sin embargo, estos dos objetivos generalmente se contraponen y, muchas veces, al uno autopromocionarse, destacando ante su jefe sus cualidades y explicando cómo es que ha generado valor para la empresa con tal o cual gestión, se genera un ambiente de tensión, envidia, confrontación y disgusto, que resiente la relación con los colegas y también afecta el trato con el jefe.

Por otro lado, el mostrarse humilde pero enviando mensajes subliminales sobre la calidad de su gestión, puede jugar en contra del ejecutivo, ya que será percibido como una persona con falta de sinceridad, y esto sería aún peor.

Entonces, ¿cómo autopromocionarnos? ¿Cómo aprovechar las oportunidades y hacerse notar sin generar daño? La doctora Leslie K. John, del Harvard Business School, ha estudiado este fenómeno y aconseja cuatro técnicas.

La primera propone detallar nuestra performance cuando un jefe nos pregunta por el resultado de un encargo. Cuando se trata de responder una solicitud, la autopromoción no cae mal.

La segunda, recomienda desplegar la autopromoción sobre nuestras competencias en circunstancias donde la dinámica del trabajo genera un espacio, donde varios miembros intercambian información sobre lo que hacen, con la participación de los jefes.

La tercera, implica el lograr tener un mentor o 'coach' en la organización, quien será el mejor medio para destacar las cualidades del colega al que apoya. La relación con un mentor es de dos vías y claro, éste está interesado en que sus consejos terminen beneficiando tanto al ejecutivo como a la firma.

Por último, la cuarta técnica sugiere el ser mesurado al destacar alguna performance, ser objetivos al describir la situación y hacerlo con humor y autocrítica. De esta manera el mensaje llegará de una forma adecuada.

Claro está que la condición fundamental para una autopromoción efectiva pasa por ser competente, eficiente y frecuentemente realizar introspecciones sinceras sobre nuestro desempeño; y a la vez ser críticos y exigentes con nosotros mismos.

Para avanzar en una línea de carrera exitosa, debemos ser sensibles para lograr una autopromoción efectiva.

 

La columna fue publicada en la edición impresa del diario El Comercio el 6 de septiembre. 


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