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Camino a ser el "Capitán del barco", por Ben Schneider

16 de diciembre del 2021 | 00:00
Las organizaciones modernas implementan esquemas de trabajo que favorecen la colaboración intensiva entre colegas y departamentos, de manera tal que conforman grupos 'transfuncionales' capaces de responder con solvencia y agilidad a los retos que plantea la alta incertidumbre, la híper competencia, la disrupción digital y, sobre todo, la obsolescencia acelerada de muchos modelos de negocio. 
 
En este contexto, cuando un ejecutivo asume un nuevo rol tras una promoción, o un nuevo desafío dentro de su responsabilidad actual, o un cambio de empleador, se vuelve dificil el destacar rápido y así capitalizar réditos tempranamente, lo que lo ayudaría a forjar una imagen exitosa, para atraer la atención de sus jefes.
 
Un estudio realizado por la consultora Gartner indica que el 41% de los ejecutivos promovidos tiene un mal desempeño dentro de los 18 meses de haber asumido el cargo. Y la consultora McKinsey reporta que entre el 27% al 46% de los ejecutivos que transicionaron a nuevas responsabilidades, aún decepcionan dos años después de la promoción.
 
Estas personas contaban con las competencias y experiencia adecuada al avanzar en la línea de carrera, entonces: ¿Por qué es que no pudieron lograr éxitos?
 
Tras una investigación a más de 100 empresas y entrevistar a 160 ejecutivos, los doctores Rob Cross, de Babson College, Greg Pryor, de la consultora Workday, y David Silvester, de Amazon, encontraron que la respuesta está en el uso de redes de contacto internas. Los candidatos exitosos implementan rápido cinco prácticas que los diferencia del resto.
 
En primer lugar, logran detectar y conectarse al organigrama informal de la empresa. Luego, generan empatía extendiendo su red de contactos, tratando de no 'sobre venderse' y mostrándose humildes. El humor ayuda. La tercera práctica implica el identificar a quienes puedan complementar los conocimientos que les hace falta para acometer sus nuevas tareas.
 
La cuarta práctica permite escalar los logros a través de la ayuda de colegas innovadores dentro de la firma, para potenciar el resultado de sus gestiones.  Por último, los exitosos, a pesar del estrés al que están sometidos por los nuevos retos, son capaces de priorizar su salud física y mental, y así mantenerse ecuánimes y competentes.
 
Saber desempeñarse conforme se avanza en la organización, dominando estas prácticas, será determinante para que los ejecutivos jóvenes lleguen a ser los "capitanes de barco" del futuro.





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