El estrés es una condición física—mental que se produce mediante un golpe hormonal de adrenalina y cortisol que nos genera un impulso de energía física y foco mental para poder confrontar una o varias amenazas. Adecuadamente manejado, una vez que pasa el riesgo, el estado regresa a la condición de normalidad. En el mundo de la empresa, se requiere que los ejecutivos se entrenen en cómo lidia con el estrés, dominarlo y hasta sacar provecho de él.

Sin embargo, cada vez con más frecuencia vemos que a las personas les cuesta regresar a la normalidad tras un evento estresante, y más bien desarrollan una condición crónica. Esto genera dificultades para poder concentrarse, se descuida el estado atletico, aumentando el peso, se presentan taquicardias, irritación frecuente, dificultades para conciliar el sueño, entre otros síntomas.

El no saber cómo manejar el estrés no solo pone en riesgo nuestra salud, sino que se ven afectadas nuestras relaciones personales y el éxito profesional.

Si uno, en cambio, logra dominar el estrés, este nos puede ayudar a crecer como personas. A esto se le llama: 'estrés optimo'. La clave para lograrlo pasa por comprender cómo es que funciona nuestro organismo y así controlar las fases del estrés. La primera fase se da cuando nuestro cuerpo lograr niveles de energía, concentración, foco, creatividad y productividad alta, necesarios para confrontar la amenaza, para luego dar su lugar a la segunda fase, donde se ingresa a un periodo de recuperación física y mental que le permita al cerebro procesar los eventos, aprender de la experiencia e ingresar a una etapa de calma.

El manejo óptimo del estrés se asemeja al ciclo que un deportista de alta competencia aplica cuando realiza una actividad competitiva. Primero, se prepara realizando estiramientos, calistenia, etcétera, para luego someter a su cuerpo a un conjunto de actividades que le demandarán un derroche importante de energía y concentración mental, y, posteriormente, ingresará a un etapa donde reduce el ritmo e intensidad, para iniciar un periodo de recuperación.

Hoy estamos obligados a lograr un manejo óptimo del estrés. La velocidad con la que discurren nuestras rutinas, los retos de la transformación digital que amenazan a muchos modelos de negocios, la incertidumbre social, política y económica, los estragos de la pandemia que va cediendo, pero aun afecta, nos obligan a ello.