El reto de la comunicación en salud radica en la interacción entre un experto tratando de establecer un lazo de credibilidad y confianza, con un no experto. Esto genera brechas de comprensión para ambos, la afectación psicológica de profesionales de salud y la población generada por la pandemia volvió este reto más grande; aunque hoy en día no alcanzamos a medir el impacto futuro que se generó, lo que si conocemos es que para tener éxito en abordar temas de salud debemos considerar tres enfoques clave.

 

Primero tener claridad en la información a comunicar, cambiar el lenguaje técnico por el coloquial; segundo reconocer la necesidad de la población sobre qué información requiere priorizando sus intereses, y tercero tener la capacidad de respuesta rápida ante situaciones de crisis o noticias falsas para aclarar la información con hechos.  Solo así se fortalecerá la confianza con la población.

 

Una de las prioridades durante la pandemia fue acercar el conocimiento de las ciencias de salud a la población, buscando acortar la brecha basal de conocimiento, reconociendo la relevancia de los servicios de salud, involucrando a la población en sus cuidados y con hechos desarrollar confianza entre pobladores y profesionales de salud.