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El arte de la paciencia, por Ben Schneider

La mayoría de líderes sucumben a la inmediatez; sin embargo, para liderar con efectividad, especialmente en épocas de alta incertidumbre, se requiere de paciencia.

La característica más distintiva de nuestra época es la velocidad con que evolucionan las tecnologías de información y comunicaciones, lo que conlleva a que los líderes empresariales le impriman a sus organizaciones un sentido de urgencia para asimilar los cambios que suceden a un ritmo vertiginoso.

Conceptos como 'resiliencia', 'robustez' y 'agilidad' son competencias fundamentales para enfrentar las crisis que – con seguridad – se presentarán cada vez con mayor frecuencia.

Sin embargo, para liderar con efectividad, especialmente en épocas de alta incertidumbre, se requiere paciencia. Si el líder no logra guardar la compostura ante la adversidad y la frustración que generan situaciones adversas y complejas, no podrá comunicar al resto del equipo la tranquilidad y lucidez que se requiere tener en momentos de elevada tensión.

Las soluciones a situaciones desafiantes generalmente toman tiempo en aplicarse. Sin embargo, en la práctica se observa que la mayoría de líderes sucumben a la inmediatez, quieren implementar remedios de corto plazo que muchas veces colisionan con la ejecución de estrategias que requieren tiempo para madurar.

En una encuesta a 578 profesionales en Estados Unidos durante la pandemia, el doctor David Sluss, de la escuela de negocios de Georgia Tech, consultó a profesionales con un promedio de 39 años cómo se comportaron sus jefes inmediatos ante el COVID-19.

La respuesta fue que aquellos líderes que mostraron paciencia y control (calificados en el cuartil superior), mejoraron la productividad de sus organizaciones en 13% y la colaboración en 16%.

De lo anterior se desprende lo importante que es cultivar la paciencia y control en tiempos difíciles. Para impulsarla, el líder debe redefinir el concepto de 'prisa' a la hora de enfrentar un desafío. Trabajar a un ritmo más pausado reduce el número de errores y a la larga se avanza más rápido. Ser agradecido y reconocer la contribución de quienes nos acompañan, también ayuda a fortalecer la paciencia, a la vez que nos nutrimos de las ideas de nuestra gente.   

El arte de cultivar y dominar la paciencia se vuelve clave mientras más se aceleran los procesos y cuando las crisis se hacen más frecuentes. La frase 'despacio se llega más lejos' se vuelve más elocuente que nunca.


Por Ben Schneider, Director del Corporate MBA de Pacífico Business School. 
Publicado en el Diario El Comercio.



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