​Cada vez es más importante que las empresas destinen presupuesto y tiempo al bienestar de sus colaboradores. Pero deben hacerlo con el debido monitoreo.

Las personas en lo que va del siglo XXI, vienen dándole cada vez más importancia a una vida sana y balanceada.

Esta tendencia se proyecta en el trabajo, donde pasamos buena parte del día. A las actividades de promoción, capacitación y supervisión de acciones saludables en el más amplio espectro del concepto, se le denomina "Wellness" o "Bienestar" en el centro de trabajo, sea presencial, remoto o mixto.

La Asociación Americana de Psicología destaca cinco elementos que conforman un buen plan de "Wellness". El primero es contar con un balance adecuado entre el trabajo y la vida particular de cada colaborador. Este balance se ve seriamente afectado hoy con el teletrabajo. El segundo elemento está relacionado con el ambiente donde el individuo se desenvuelve, cuidando su integridad física y mental. El tercero se refiere a contar con políticas de desarrollo y crecimiento de la persona en la organización, a través de líneas de carrera que lo motiven e ilusionen.

En cuanto al cuarto elemento, aborda el reconocimiento a la labor que despliega el colaborador. El ser humano necesita sentirse valorado. Y por último, el quinto conjuga los cuatro anteriores y da como resultado el involucramiento del colaborador, y esto sólo se logra cuando el programa de "Wellness" se implementa adecuadamente.

Solo en Estados Unidos, las empresas invierten por año más de US$10.000 millones en programas de "Wellness", pero los resultados aun son magros, siendo parte del problema el hecho de que apenas el 25% de las firmas hacen seguimiento a dichos programas. Según un estudio realizado por la clínica Mayo, solo el 2,7% de los norteamericanos califican bien llevar adelante una dieta balanceada, ejercitarse todos los días y no fumar.

A pesar de este desalentador resultado, hay otro estudio, realizado por el US Center for Desease Control and Prevention, que da cuenta que la combinación de bienestar físico, mental y espiritual, es fundamental para que las firmas progresen.

Así, debe ser una responsabilidad central de cada empresa diseñar, como pilar de su estrategia corporativa, programas efectivos de "Wellness", acompañados por incentivos y un seguimiento sistemático de los resultados. La participación de los colaboradores debería ser parte de su evaluación.