Los directivos de empresas afrontamos serias dificultades a la hora de desarrollar los planes estratégicos de nuestras compañías, en tiempos de alta incertidumbre y volatilidad.
En el pasado reciente, los gerentes intentaban realizar proyecciones sobre la evolución de los mercados y el impacto de los competidores, y así visualizar el posicionamiento de sus productos y servicios, inclusive en planes multianuales. Esto ya no es posible hoy. Casi todos los sectores han sido impactados por efectos exógenos, con consecuencias difíciles de afrontar y menos predecir. Inclusive, técnicas como la planificación de escenarios, sistemas de simulación y sus posteriores refinamientos, incorporando mayor flexibilidad a la hora de definir inversiones estratégicas, no funcionan del todo.
El diseño de estrategias en tiempos de turbulencia severa necesita de procesos continuos y planes dinámicos.
Por ejemplo, en vez de pensar en planes multianuales, se opta por tomar decisiones que son evaluadas mensualmente y en base a la evolución y resultados, se ajusta, modifica o se cambia de rumbo, asumiendo costos acotados debido a la vigilancia continua.
Una investigación de la consultora Bain & Co., recomienda cinco pasos para optimizar los procesos continuos de generación de estrategias: El primero implica definir escenarios extremos a la luz de la experiencia que nos ha dejado la pandemia. La idea es intentar analizar diversas formas de competir conforme los escenarios se vuelven más hostiles.
El segundo paso requiere se identifiquen múltiples opciones que nos aseguren la flexibilidad, tan apreciada en entornos inciertos. El tercer paso sugiere implementar un programa de experimentos antes de realizar una inversión importante. Los experimentos son la clave para innovar en forma sostenida y las organizaciones deben aprender a conducirlos. Habrá, sin embargo, que ser selectivos en cuanto a cuáles experimentos realizar.
El cuarto paso obliga a establecer métricas que nos permitan tomar decisiones oportunas, así como cuándo pasar de la fase experimental a la decisión definitiva. El contar con opciones será valioso, en la medida que la toma de decisiones sea oportuna. El quinto y último paso, recomienda implementar un sistema de vigilancia con énfasis en evaluar qué es lo que no se viene haciendo correctamente antes de descartar tal o cual opción.
Las organizaciones que logren dominar la técnica de desarrollar estrategias a través de procesos continuos, marcarán una diferencia sustantiva con sus competidores, y asegurarán el poder trascender.
La columna fue publicada el 9 de enero del 2023 en el Diario El Comercio.