Por Ben Schneider
Empresario y director del MBA de Pacífico Business School
Nuestras organizaciones están bajo presión debido al entorno disruptivo y cambiante. La inestabilidad e incertidumbre es lo cotidiano. Esto genera la necesidad de permanentemente tener que revisar los pilares de nuestra estrategia y a operar como una “central meteorológica" midiendo indicadores que nos alerten sobre situaciones a enfrentar. Así, los líderes empresariales identifican problemas que demandan atenderse con urgencia. Los retos son múltiples, pero una vez identificados y diagnosticados, haber realizado experimentos de prueba y error, definido los pasos a seguir; y quiénes deben intervenir en resolver el problema, se requiere generar una “narrativa" que impacte, guie y motive al capital humano implicado en el esfuerzo de manera tal que direccione la energía positiva hacia una implementación exitosa del cambio propuesto. La antropóloga Mary C. Bateson afirma que la especie humana aprende a través de historias y piensa utilizando metáforas. Mientras más difícil sea la situación, más importante será el contar con una narrativa potente. La doctora Frances Frei del Harvard Business School y Anne Morriss fundadora del Leadership Consortium, recomiendan cuatro pasos para construir una narrativa potente y motivadora. El primero implica el entender profundamente el problema a resolver y tener la capacidad de describirlo con simpleza. Sin ello, será difícil el lograr el concurso y compromiso del grupo. El segundo paso requiere que se honre el pasado. Para lograr capturar las mentes y corazones de nuestros colaboradores y “stakeholders", será importante recordarles los éxitos pasados, transmitiendo optimismo, pero a la vez mostrar honestidad a la hora de identificar lo que fue mal y los errores que generaron el problema a resolver. El tercer paso sugiere proveer un argumento convincente que conlleve a cambiar en la dirección propuesta. Acá será fundamental el explicar la lógica que sustenta la estrategia a seguir y cuál será el costo que tendrá el no asumir el reto del cambio. Habrá que dar sólidos argumentos para que nuestro equipo se comprometa al máximo. Por último, el cuarto paso delineará el camino a seguir, los retos a superar, describiendo con rigurosidad y optimismo cada acción y la medición de objetivos para corregir el rumbo oportunamente si detectamos errores, Sin una narrativa estratégicamente concebida que impregne en nuestros colaboradores la energía, optimismo, sentido y propósito, será muy difícil salir adelante en el entorno de cambios frecuentes y bruscos que enfrentamos.
La columna fue publicada el 8 de enero del 2024 en el Diario El Comercio.