​Un último estudio de Global Research Marketing revela que el 86% de las empresas del Perú tercerizan parte de sus actividades; sobre todo los sectores minero y retail. Dos son las razones principales que yacen detrás de tan impresionante dato. Una, la limitación de recursos que toda empresa sufre. Otra, que toda compañía se juega su estrategia, su competitividad, en unas muy pocas áreas; mientras en la empresa se realizan muchas actividades. Si su empresa compite en base a tecnología se la juega en I+D; si lo hace por calidad su área clave puede ser operaciones; si quiere posicionarse con una marca muy distintiva marketing va a ser esencial. 

Si muy pocas áreas son esenciales y ninguna organización puede ser la mejor en todo​, la pregunta es evidente: ¿Por qué hemos de realizar actividades que no son clave y en las que no tenemos especial conocimiento, cuando además tenemos recursos limitados? De esas preguntas surge la tercerización y sus tres grandes ventajas. Primero, un ahorro de recursos al ser realizada la actividad por un tercero. Segundo, este tercero va a ser un especialista en esa área por lo que ésta se hará mejor. Tercero, el ahorro de recursos generado se va a invertir en los departamentos clave, los esenciales para conseguir ventaja competitiva.

Lógicamente, tercerizar tiene asimismo riesgos. El más importante la pérdida de conocimiento en el área que se terceriza; si después queremos volver atrás nos costará. Asimismo, hay un peligro en la potencial pérdida de control y hasta de copia o transmisión de conocimientos dependiendo del área. Por estas razones se debe tener más la visión de socio a largo que de simple proveedor cuando se busca a quien tercerizar. Como en todas las decisiones hay pros y contras. Pero es evidente que tercerizar es una forma de expandir los limitados recursos que una empresa posee.​